Entrada al pueblo por la carretera
1 - Introducción General
Este es
el Cucalón que yo conocí en mi niñez y adolescencia
Se trata
con este pequeño trabajo de recopilación, de dar una perspectiva de los
acontecimientos más recientes que afectaron a la vida de la comunidad de
Cucalón, la cual iremos analizando con los temas que se indican más adelante.
Para su desarrollo nos apoyaremos principalmente en la memoria de mi propia
experiencia, en la de algunas personas de mi ámbito próximo y en la de otras
fuentes a mi alcance, antes de que todas ellas desaparezcan.
Para
empezar, vamos a hacer una pequeña disquisición en torno al cambio de siglo.
Siempre
hemos leído sobre las catástrofes que se vaticinaban para el año 1000, pero no
recuerdo de nadie que hubiera formulado augurios, presagios, predicciones,
profecías de mal agüero para el año 1001, que era el cambio real de milenio. Es
decir, que nadie tuvo en cuenta en aquella época que cuando Dionisio el Exiguo,
reformó el calendario en el siglo VI, nos lo entregó con un año en lugar de
cero. Pero eligieron el año 1000, para meternos miedo, porque era más
cabalístico. Aunque la realidad no fue esa, ya que las nuevas investigaciones
han demostrado, que sólo una pequeña parte de la población occidental sabía en
qué año vivía y por lo tanto ni se enteró.
Pues
bien, a principio del año 2000 teníamos el mismo problema, pero los teóricos y
matemáticos, de pensamiento limitado por la ciencia, se encargaron de informarnos
de que el siglo y el milenio, empezaban el año 2001. Vale. Esto no admite
discusión, sin embargo me permito decir que algunos escritores, poetas,
filósofos, artistas y los que, sin serlo, tienen un mejor sentido de la
estética, como no necesitan ajustarse a ningún método, disfrutan del número
2000 como cabalísticamente redondo, expresando el deseo de aprovecharlo para el
cambio, tanto de milenio como de siglo. Como se hizo en el año 1000.
Total,
todo lo anterior para decir, que me apunto a esta segunda opción y por la misma
razón, para este trabajo, voy a considerar el 1 de enero de 1900 para pasar del
siglo XIX al XX. No obstante, voy a dar la oportunidad a los de la primera
opción, para que cambien de siglo arrancando la hoja del día 31 de diciembre
del año 1900, de un calendario imaginario ya pasado.
Es de
suponer que Cucalón, como los pueblos vecinos cuando se inicia el s. XX, había
sufrido pocas transformaciones desde la repoblación. Y por los datos que
guardamos en la memoria, los hábitos y comportamientos, tanto de trabajo, como
de vivienda, alimenticios, vestimenta o incluso lúdicos, eran casi los mismos
que los de la época que citamos y que conocemos a través de los escritos.
La mayor
parte del tiempo se utilizaba en el trabajo para procurarse la subsistencia,
concediéndose pocos ratos para el ocio, por lo que los cuerpos se desgastaban
rápidamente llevándolos a una vejez prematura. Muchas mujeres, cargadas de
hijos, morían de puerperio (como mi abuela Luisa) en la flor de la vida por
falta de cuidados médicos. La mortandad infantil era muy grande debido a la
mala alimentación y a la falta de vacunas contra las epidemias, las enfermedades
endémicas e infecciosas.
Pero en
todas partes sucedía lo mismo. A principios de siglo la esperanza de vida en
España solamente llegaba a los 33 años (de media), cuando en la actualidad se
sobrepasan los 80.
Según
una nota que tengo en mis apuntes, de investigaciones que realicé en la
hemeroteca de Zaragoza, el Diario de Avisos del 5 de enero de 1871, daba a conocer la lista de fallecidos
en esa ciudad durante los días 3 y 4 del mismo mes, que según el Registro
del Ayuntamiento fueron:
Día 3
Manuel Ines García, 50 años, congestión: D.
Juan de Aragón, 21.
Hilario Puértolas, 19 años, catarro pulmonar:
Sepulcro, 34.
Francisca Salazar, 20 años, viruela tifoidea:
Escuelas Pías, 54.
Jaime Vinedes, 3 meses, pulmonía: Sitios, 11.
Valera Raposo, 11 meses, enteritis aguda:
Armas, 100.
Juan Salvador, 24 años, pulmonía: Sto.
Dominguito, 8.- Total, 6.
Media de edad: 19 años.
Día 4
Félix Carrascón, 1 año, convulsiones: Ciprés,
8.
Luis Cornelio, 8 años, bronquitis: Boggiero,
58.
María Cruz Gil, 18 meses, pulmonía: San
Martín, 4.
Agustín Higueras, 60 años, hemorragia: Temple,
35.
Luciano Aznárez, 3 años, fiebre adinámica:
Manifestación, 25.
Juan Lausí, 54 años, neumonía: Boggiero,
35.Total, 6.
Media
de edad: 21 años.
Al mismo tiempo da cuenta de otras causas de
muerte observadas en esta época: tisis, metro-peritonitis, viruela, tos ferina,
calentura cedinámica, epilepsia ...
Y de las edades observadas en las defunciones
del año 1871:
Día 25 febrero:
½ hora,
3 meses, 13 meses, y 17, 22, 28, 31 y 71 años (media: 21 años).
Día 26 febrero:
8 meses, 11 meses, 13 meses y 2, 14, 16, 33,
40, 51, 56 y 70 años (media: 26 años).
Día 2 mayo:
7 meses, 8 meses, 12 meses, 13 meses, y 3, 6,
23 y 36 años (media: 9 años).
Los
habitantes vivían pobremente porque los campos no producían, ni aún para
medianamente subsistir. Eran muy pocos los que disfrutaban de la vida en
aquellos tiempos. La agricultura era rudimentaria y la ganadería escasa y los
productos que generaban sólo servían para el suministro familiar. Pero a pesar
de todo, no se conocen emigraciones que por cuestiones perentorias hayan dado
lugar al abandono del pueblo, ya que aunque con escasez y en algunos casos pobreza,
el hambre nunca dio origen a tal hecho, aún cuando carecían de lo que hoy
consideramos elemental. La emigración que se produce en la mitad del siglo XX,
ocurrida en toda España, es más bien un trasvase del potencial rural humano
sobrante, a la industria instalada en la ciudad, debido a la mecanización del
campo.
Comenzó
pues el nuevo siglo sin comunicaciones, con medios rudimentarios en la
agricultura, sin comodidades en las casas, alumbrándose con candiles de aceite
o con carbureros, pues la luz eléctrica no se instalaría hasta el año 1927, si
es que aquello, que conectaba el "lucero" al anochecer, se podía
llamar iluminación eléctrica.
El
tránsito de gente era mínimo y por tanto las noticias llegaban con excesiva
lentitud. Había muchas personas que no salían en toda su vida del entorno,
principalmente las mujeres que como viaje más largo que realizaban en toda su
existencia, era a Daroca, en carro o a lomos de una caballería, acompañando a
otros hombres. Y era casi un viaje de trabajo, más que de turismo, aunque
también se disfrutase del placer que el viaje representa en sí mismo para cualquier
persona. El hecho ya representaba la apertura a nuevos horizontes y el
descubrimiento de nuevas gentes. El motivo solía ser la compra, a través del
canje, de elementos necesarios para la casa. Se iba con trigo o lana y se
regresaba con ropa, mantas, utensilios diversos, arreos o sal para los
animales.
Los
jóvenes que se desplazaban a cumplir el servicio militar, eran a su regreso,
los portadores de las novedades que habían visto y experimentado en el viaje más
largo que la mayor parte de ellos realizaría en su vida y a su vez eran también
los portadores de noticias y canciones que estaban de moda en los sitios de
donde procedían.
Aunque
los hechos siguientes son un poco más lejanos en el tiempo que narro, deseo
plasmar un recuerdo para aquellas madres que recibieron con gran alegría el
regreso de sus hijos de la guerra de Cuba, tras seis o siete años de ausencia y
oírles contar las peripecias que les habían pasado en aquellas lejanas tierras.
Cuatro o cinco mozos del pueblo volvieron a sus hogares a reunirse con los
suyos, tal como mi abuelo, pero para otros, con peor suerte, la tierra de
aquellas regiones tan alejadas de su pueblo, ocultó para siempre los restos de
sus cuerpos sin vida.
Aún sin
saberlo, los nuevos mozos tendrían que sufrir en su servicio militar la
tragedia de dos nuevas guerras: la de África y la Civil Española, en la que
seis o siete perecieron en la contienda. El tema de la Guerra Civil en Cucalón,
lo desarrollaremos más adelante en otro capítulo.